riquezas del Católicos y Vida Pública es la libertad de los congresistas para hacer preguntas. Así, Javier Fernández-Cid, presidente de Acción Social Empresarial, preguntó si de verdad en EEUU el poder woke consigue bloquear empleos y currículos laborales en el mundo de la empresa. Reinsch señaló que sí, especialmente porque hay unas "élites formadas todas en las mismas universidades, que se apoyan y refuerzan unos a otros", usando el wokismo como instrumento. Señaló que ya se advierte una clara emigración de personas conservadoras a estados más conservadores donde no vayan a ser acosados por activistas y normas woke.
Allí donde las ideologías dañinas tienen poder, los cristianos deberían, dijo, "aprender de Soltzhenitsyn, de su famoso discurso 'Vivir sin mentiras', de comprometerse a nunca participar en la mentira, y cuando puedas decir la verdad. Él pensaba que cuando suficientes personas dijeran 'viviré sin mentiras' la URSS caería".
Por otra parte, dijo "los conservadores, cuando llegan al poder, deberían emplearlo, no dejar las cosas como están. Deben usar el poder creativamente y sin miedo, en defensa del país, la ley y la cultura".
También su presentador, Ignacio Ibáñez, animó a usar el humor, "ser proactivos y no esperar de manera pasiva a ser mártires, sino salir y actuar. Este Congreso llama a la acción: ocupemos los espacios de poder, tengamos la valentía de estar en instituciones que quizá nos parecen dominadas por grupos ideologizados. Y tengamos la valentía de crear espacios de entendimiento, espacios para tender la mano. Hemos de perdonar y buscar el diálogo, aunque sabemos que pedir perdón a ciertas ideologías no funciona. Creemos espacios culturales, medios de comunicación. Seamos proactivos", insistió Ibáñez.
Un taller: la Iglesia y la ciencia en el siglo XXI
El Congreso Católicos y Vida Pública cuenta con 7 talleres, sobre distintos temas: familia, escuela, historia, arte, derecho, economía y ciencia.
ReL ha acudido al taller de ciencia, con el catedrático de Química Javier Pérez Castells y el astrobiólogo Enrique Solano, presidente de la Asociación de Científicos Católicos. Entre los asistentes había jóvenes estudiantes de medicina, profesoras de antropología, algún sacerdote, el diputado y profesor Francisco José Contreras y el catedrático de Física Fernando Sols. En total, unos 20 asistentes, que es bastante menos que en otros talleres pero permitía más participación.
Solano defendió que la estrategia de algunos cristianos de presentar un "Dios tapa-agujeros es un error". En la Sociedad de Científicos Católicos prefieren "alabar a Dios por lo que sabemos de la Creación, que es asombroso, no por lo que no sabemos". Explicó que "la ciencia sigue el método científico, no reinventa la rueda, trabaja sobre lo que ya se sabe, es un buen método... pero no se puede diseñar un experimento que demuestre o refute la existencia de Dios. La ciencia no es el instrumento para eso". Aún así, lo que muestra puede llevarnos a sospechar que la existencia de Dios es más que razonable.
Quiso romper el bulo que dice que la Iglesia ve con malos ojos el estudio de la naturaleza. "El capítulo 13 del libro de la Sabiduría dice: "a partir de la grandeza y hermosura de las cosas, se llega, por analogía, a contemplar a su Autor. Y Romanos 20: "el poder de Dios se hace visible a los ojos de la inteligencia, por medio de sus obras". El beato y científico Nicolás Steno pedía examinar la majestad de Dios en su naturaleza y creación.
"Lo cierto es que no hay ningún momento en que un científico, investigando, de repente se detenga y diga: 'con lo que estoy descubriendo, en esta encrucijada, debería hacerme ateo, ya no puedo optar por la fe'. Eso no se da, y lo contrario, agnósticos que pasan a creer asombrados por la Creación, sí sucede con cierta frecuencia", señaló Solano.
Esto sigue pasando hoy. Anton Zeilinger, el Nobel de física de 2022, declaró que "las cosas que descubrimos son tan impresionantes que he decidido creer".
Solano afirmó que "ciencia y religión católica no sólo coexisten, sino que se ayudan mutuamente en la búsqueda de la verdad" Y puso como ejemplo la historia del Observatorio vaticano, que aún hoy, desde su sede astronómica en el desierto de Arizona, en el Monte Graham, realiza tareas de divulgación científica y de investigación. Como ejemplo, el catálogo de meteoritos del Observatorio, "1.100 ejemplos de 500 caídas de meteoritos, un catálogo que sirve para identificar tipos de asteroides. Y muchos otros temas, como trabajo con equipos que investigan los asteroides troyanos, los que siguen la órbita de Júpiter".
Solano animó a los científicos a conocer la Sociedad de Científicos Católicos, que nació en 2016 con 5 miembros y tiene ya 1700 socios en más de 50 países. Su web internacional es CatholicScientists.org. En España es CientificosCatolicos.com . "En España llevamos 3 meses y ya contamos con 70 miembros de disciplinas variadas, por ahora".
El científico cristiano ha de dar testimonio
También recordó Solano que "es necesario que el científico católico salga y dé testimonio. Es un mandato de Cristo: "Id al mundo entero y proclamad el Evangelio". También lo enseña la parábola de los talentos".
Como ejemplo, puso a un científico posando con la primera foto de un agujero negro, de 2019. "Se trata de Heino Falcke... que además de astrónomo es pastor protestante y nunca lo oculta. Entre los católicos está Jerome Lejeune, descubridor de la trisomía 21, Premio Kennedy en el 62, Premio William de Genética en EEUU en 1969... pero desde que habló contra el aborto, ya no recibió premios científicos ni financiación del estado. Pero desde 2021 es Venerable para la Iglesia Católica. Y este año murió César Nombela, científico de gran nivel, ejemplar por su voto particular en el Comité de Bioética en 2009, votando contra la ley del aborto".
Otros se sumaron al recuerdo de César Nombela y propusieron su nombre para algún premio, sala relevante o iniciativa.
La bioética, campo de frontera
En el debate entre los asistentes, el tema más común fue el de la bioética, la capacidad de explicar la postura católica provida desde la ciencia y la buena ética médica. Pero todos los científicos en la sala insistieron que ahí no hay debate científico, que la ciencia tiene claro que el embrión humano es un individuo humano desde la concepción.
Respecto a la exigencia de algunos de "demostrar" científicamente a Dios, Fernando Sols planteó una idea de alcance: "Hasta las matemáticas, que es el gran refugio de la ciencia y la lógica, tiene axiomas ciertos... ¡pero que no se pueden demostrar, no hoy, sino que son indemostrables! Tampoco tiene sentido pedir demostraciones irrefutables sobre Dios". Pero el tema epistemológico, siendo apasionante, no interesaba tanto a los jóvenes como los retos ligados a la bioética.