El padre François Schneider tiene prohibido celebrar misas públicas durante cuatro semanas. ¿Su delito? Haber declarado que el aborto ha matado a más seres humanos que la Primera Guerra Mundial.
No cabe aquí, al parecer, la exceptio veritatis, es decir, el hecho absolutorio de que lo que ha dicho es cierto: el padre François Schneider, anciano responsable de 17 parroquias en el este de Francia, tiene que pagar su osadía.
El padre François Schneider hizo la polémica declaración en la homilía de la Misa conmemorativa del Día del Armisticio el 11 de noviembre en el pequeño pueblo de Bertrimoutier (307 habitantes), cerca de Epinal en las montañas de los Vosgos. “El aborto ha matado a más personas en todo el mundo que la Gran Guerra”, dijo, y agregó que los políticos franceses estarían bien inspirados para “seguir el ejemplo” del primer ministro húngaro, Victor Orban, quien promueve una política a favor de la natalidad y “toma medidas valientes”.
Las declaraciones de Schneider coinciden con el intento de convertir el aborto en un «derecho» constitucional en Francia, una medida que ha presentado el partido del presidente Macron y que se debate en la Asamblea. Otro proyecto de ley con el mismo objetivo pero utilizando un lenguaje más «inclusivo» -no se refiere a las mujeres para defender los derechos de las personas transgénero- también fue presentado la semana pasada por el partido de extrema izquierda La Francia Insumisa. Ambos textos pasarán por el proceso legislativo. El propio Macron sugirió que el “derecho” al aborto se incluyera en la carta europea de derechos humanos.
La condena gráfica de Schneider al aborto fue citada en la prensa local y en las redes sociales por personas que habían escuchado su sermón, creando “conmoción”. El diputado del partido de Macron de los Vosgos David Valence, calificó los comentarios del sacerdote de “vergonzosos” en Twitter y agregó que eran “pruebas de una completa aberración” por su parte.
Hace tres días se publicó una declaración de condena a Schneider en el sitio web de la diócesis (que actualmente está encabezada por el obispo Didier Berthet, que tiene graves problemas de salud, y administrada por el obispo Denis Jachiet, que preside la diócesis vecina de Belfort-Montbéliard).